"Yo soy el que vive"Ap.1,18: febrero 2016

ADORACION

MOVIMIENTO DIOCESANO DE ADORACION EUCARÍSTICA PERPETUA - SAENZ 572 - LOMAS DE ZAMORA


¡JESÚS TE ESPERA SIEMPRE!

¡DECÍDETE A VISITARLO!

TE INVITAMOS A LA COMUNIDAD DE ADORADORES

Capilla "María Reina de los Apóstoles"

Capilla "María Reina de los Apóstoles"
Capilla "María Reina de los Apóstoles"

miércoles, 10 de febrero de 2016

EL AMOR MISERICORDIOSO DE DIOS FRENTE A NUESTRA RESISTENCIA A CAMBIAR EL CORAZÓN

“Crea en mí, Dios mío, un corazón puro y renuévame la firmeza de mí espíritu” salmo 50, 12


El Papa Francisco nos convoca: “La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir de nuestra alienación existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las Obras de Misericordia. Mediante las corporales tocamos la Carne de Cristo en los hermanos que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados; mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores; aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar” (Mensaje de Cuaresma 2016).
Difícilmente podemos descubrir el Rostro de Cristo en los hermanos si no transitamos el camino de la humildad a través del amor en las obras de misericordias corporales y espirituales.
Para ello, nos disponemos a dejarnos penetrar y transformar por el Amor Misericordioso para cambiar el corazón.
Para cambiar el corazón necesitamos ejercitarnos cotidianamente renovando la conversión, recurriendo a la gracia dispensada en el Sacramento del Perdón frecuente y la Eucaristía.
Somos Iluminados por la Palabra (Lectio Divina) hecha vida, por la cual Dios mismo nos interpela, y en el encuentro con la Persona Viva de Cristo al que Adoramos, Alabamos, Glorificamos, damos gracias y reparamos.
En este tiempo fuerte de Cuaresma caminamos en el misterio de la Misericordia por la Sangre Redentora del Hijo de Dios.
Si nos decidimos a cambiar nuestras actitudes y comportamientos recurrentes, será un tiempo propicio, memorable para enterrar nuestras propias muertes; como la envidia, la soberbia, la indiferencia, la falta de amor, ofreciéndolas por la Pasión, Muerte y resurrección del Señor.
Las cuatro claves de la Misericordia son: No juzgar, No condenar, Perdonar y dar.
Dice El Señor: “No juzguen y no serán juzgados, no condenen y no serán condenados, perdonen y serán perdonados. Den y se les dará. Porque la medida que ustedes midan también se usara para ustedes” Lc. 6. 37-38
El Papa Francisco nos exhorta: “El pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza y entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la Misericordia Divina” (ibid.,15)
El adorador frente al Santísimo se dispone a recibir la Ternura y el Amor Misericordioso del Padre reflejado en Su Hijo Amadísimo, para llevar a los hermanos en la cercanía y el encuentro las obras de Misericordia corporales y espirituales.
Que nuestro corazón palpite como el de María Santísima que en el Magníficat canta la Grandeza, la Bondad y Misericordia de Dios, porque miró con bondad la pequeñez de Su servidora.
Caminemos junto a Ella en el servicio, la entrega en el Si, para hacer la Voluntad del Señor en el Amor y la Misericordia que se transmiten diariamente con gestos para los que están cerca como los que no conocemos y están sedientos de verdaderos testimonios.



¡Alabado sea Jesucristo!

E. M. M.