"Yo soy el que vive"Ap.1,18

ADORACION

MOVIMIENTO DIOCESANO DE ADORACION EUCARÍSTICA PERPETUA - SAENZ 572 - LOMAS DE ZAMORA


¡JESÚS TE ESPERA SIEMPRE!

¡DECÍDETE A VISITARLO!

TE INVITAMOS A LA COMUNIDAD DE ADORADORES

Capilla "María Reina de los Apóstoles"

Capilla "María Reina de los Apóstoles"
Capilla "María Reina de los Apóstoles"

domingo, 15 de septiembre de 2024

DEL ENGAÑO DE LA OMNIPOTENCIA A LA VERDAD QUE NOS HACE LIBRES

“Tú que vives al amparo del altísimo y resides a la sombra del todo Poderoso di Al Señor: mi refugio, mi baluarte, mi Dios, en quien confío” Sal 91(90)


En este tramo de la historia de la humanidad donde las guerras se ciernen sobre nosotros, sacudidos por las tormentas y oscuridad que nos atraviesan y nos desestabilizan en la fe, en la esperanza y en el amor, caminamos con temor y temblor a la tierra prometida.
Los seguidores de Cristo intentamos a diario no detenernos por los peligros que corremos, sino, confiamos y nos abandonamos, corriendo la suerte del Maestro, porque, como dice San Pablo: “Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo, los sufrimientos de la Muerte de Jesús, para que también la Vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo” 2Cor. 4,10
Vivimos en un mundo violento con falta de líderes creíbles, capaces de arrastrar por su coherencia de vida, a personas que esperan de ellos, en sus pensamientos, actitudes honestas basadas en la justicia y el bien común.
Necesitamos líderes que no naufraguen en la medida de sus acciones (lo que digo y hago es producto de un criterio coherente, razonado, veraz y justo).
Estas palabras que parecieran utópicas, la podemos trasladar a toda institución inclusive también a nosotros en la que estamos insertos como Iglesia -Pueblo de Dios- 
Nos asecha otro peligro que crece entre los cristianos que es el catoprotestantismo -esto se refiere a que algunos que creen seguir a Cristo, en lugar de recurrir al Sacramento del Perdón con el sacerdote, incurren en un pecado mayor al absolverse así mismos- (omnipotencia).
Luego, después de su propia absolución, reciben el Cuerpo y La Sangre de Cristo con un corazón falseado, en pecado, sabiendo que en su propia alma habita El Señor.
En este momento de la historia de nuestras vidas, el servidor de Cristo y de los hermanos, se debe nutrir de la gracia inmerecida de la confesión, para pedir un corazón puro, con un espíritu firme, para ayudar a los hermanos a su salvación.
No son las palabras sino los gestos de caridad, fraternidad y amor los que arrastran.
La humanidad necesita corazones llenos de Paz y misericordia, que no se dediquen a juzgar, a condenar sino amar, para penetrar en las entrañas de los hermanos, caminando en el silencio de sus tragedias.
Alcanzar La Verdad que nos hace libres es precisamente dejarnos conducir por El Espíritu Santo cotidianamente, pidiendo la gracia del discernimiento, con una disposición humilde y perseverante en la oración, apoyados en los Sacramentos del Perdón frecuente y la Eucaristía.
Contemplemos a María Santísima Madre y Reina de La Paz con San José para que nos eduquen en El Amor de Su Hijo Jesús y así poder acompañar con un corazón lleno de Paz y misericordia, con gestos de comprensión, escucha y fraternidad que sirva a los hermanos que se encuentran desconcertados, desesperanzados y confundidos.


BENDITO Y ALABADO SEA EL SANTISIMO
SARAMENTO DEL ALTAR

PAZ Y BIEN

EDUARDO

SEP. 2024

jueves, 8 de agosto de 2024

UNA INVITACIÓN A VOLVER AL EVANGELIO PARA NO CAER EN ERRORES Y SEUDO INTERPRETACIONES

“El que Me Ama, será fiel a Mi Palabra, Mi Padre lo Amará e Iremos a él” Jn. 14,23


Como peregrinos estamos “atribulados por todas partes, pero no abatidos” 2Cor. 4,8.
“Caminamos con un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros sino de Dios” 2Cor. 4,7
Caminamos también, en un tiempo de zozobra y confusión creciente, con agravios públicos al corazón del cristianismo -La Eucaristía- a la santa Iglesia de Cristo y al Pueblo de Dios que Él Guía.
Precisamente en el agravio cometido en los juegos olímpicos de Francia, por todos visto y que no tuvo una rápida respuesta de algunas autoridades de la Iglesia, firme, rápida y adecuada.
Muchas veces, caemos en la trampa de los medios que nos seducen con la puesta en escena de innovadoras, pero, insultantes y agraviantes imágenes, que hieren en lo más profundo de nuestra fe, de nuestra creencia.

Volviendo al Evangelio, a menudo, derribamos con las propias actitudes y criterios especulativos La Verdad (que nos hace libres). Las mismas no son avaladas por la Revelación, sino, por la propia conveniencia intransigente del momento, regida por un desconocimiento ingenuo, alimentado por el engaño y el señuelo provocador de las ideologías, al que sin darnos cuenta adherimos, con un silencio cómplice.
Incurrir en este error es facilitar la entrada del enemigo, acechanzas que penetran en cada uno, debido a la propia debilidad que tiene la raíz en el pecado de origen.
El cristiano seguidor de Cristo lucha cotidianamente, invoca la ayuda del Espíritu Santo para que le conceda la gracia del discernimiento por la oración del corazón, de lo contrario sabe que va a la deriva.
San Pablo nos recuerda: “El que vive en Cristo es una nueva criatura, lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente” 2Cor. 5, 14-17
Encontremos, por la gracia, en la lectura, meditación, oración y contemplación del Evangelio en particular y en Las Sagradas Escrituras en general, el espejo de la propia vida, para servir a los hermanos con gestos de comprensión escucha y caridad.
“El que viene a Mí, jamás tendrá hambre y el que cree en Mí jamás tendrá sed” dice El Señor.
Contemplemos a María Santísima que guardaba y meditaba en Su Corazón todas las Palabras de Su Hijo Jesús junto a San José su esposo para Gloria de Dios y la salvación de esta humanidad.


¡ALABADO SEA JESUCRISTO!

EDUARDO

AGOSTO/ SEPTIEMBRE 2024

domingo, 23 de junio de 2024

LA PATRIA LA CONSTRUIMOS TODOS DESDE EL CORAZÓN

“Santísima Virgen de Luján Madre de todos los argentinos ayúdanos a caminar como hermanos”


En la tristeza de vivir un tiempo de gran tribulación en el mundo y especialmente dentro de la Iglesia, donde se hacen más claras y más evidentes las palabras de San Pablo VI: “Por alguna grieta ha entrado el humo de satanás en el templo de Dios”
Sin querer hacer ninguna especulación que no convenga, sino llevar un poco de claridad, nosotros como Iglesia -Pueblo de Dios- nos sentimos entristecidos y al mismo tiempo disgustados, cuando una parte de los sacerdotes, consagrados y consagradas, se han politizado, apartándose del Evangelio de Cristo.
Por alguna razón -que no es la de Cristo- se hace una reinterpretación del  Evangelio, apelando a la discordia, a la desunión, a la violencia consentida por aquellos que tienen que ser imagen de Cristo, dando razón del Amor, la Paz y la Esperanza que se configuran en El Corazón de Jesús Manso y Humilde.
No es precisamente lo que El Señor nos ha mandado:
“Ámense los unos a los otros como Yo los He Amado”
Manchar este Mandato con ideologías o con políticas es desvirtuar todo lo que El Divino Maestro nos ha Enseñado.
La Casa de Dios no es lugar para hacer política, ni para tolerar desvíos innecesarios para un lado o para otro porque atentan contra la fe, la esperanza y la caridad sobre todo a los más débiles “Pero si hay alguien que escandalice a uno de estos pequeños que creen en Mí, sería preferible para el que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar” Mt. 18,6
La Casa de Dios es Casa de Oración, lugar de encuentro de todos en Cristo.
Esta Casa de oración que tanto necesitamos para convertirnos y construir en el propio corazón un artesano de Paz, de unidad en la diversidad, de amor, de fraternidad solidaria para el bien común especialmente el de los pobres, desamparados, abandonados, sufrientes.
En nuestra Patria todos necesitamos pedir la gracia de la conversión, para mirarnos como hermanos y no como enemigos, para construir una  Nueva Nación más fraterna, solidaria, respetando las diferencias.
No pretendo dar indicaciones que todos conocemos, sino invitar a abrir el corazón para deponer actitudes que no llevan sino a la enemistad permanente.
Como cristianos, si verdaderamente nos proponemos seguir a Cristo, no caigamos en la hipocresía o en el error de enredarnos en falsas ideologías, o prácticas que nos separan de una convivencia sincera y fraternal.
Acudamos a Nuestra Madre de Luján Patrona de esta Patria y a San José para que nos ayuden a caminar a La Patria Celestial con un corazón abierto para amar en Cristo por el Espíritu Santo sirviendo e intercediendo por todos los hermanos sin excluir a nadie.

SAGRADO CORAZON DE JESÚS Y CORAZÓN INMACULADO DE MARIA RUEGUEN POR NOSOTROS


PAZ Y BIEN

EDUARDO

Junio 18/24

domingo, 19 de mayo de 2024

EL ESPÍRITU SANTIFICADOR

“El cristiano que es conducido por El Espíritu Santo camina en La Verdad”


La humanidad se encuentra acosada por la angustia y la perplejidad de una violencia inusitada que la rodea y oprime, sofocada también, por la contaminación de falsas ideologías que ,sigilosamente se enraízan como cizaña en un corazón individualista, idólatra, egoísta y soberbio.
Estas actitudes del propio comportamiento humano alimentan necesidades insatisfechas, efímeras, que se deshacen en un momento, conduciendo a la persona a la agonía, al vacío, a la soledad y a la muerte del alma, rechazando así Al Dios que Es Amor.
Nos recuerda San Pablo: “Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaña -nuestra morada terrenal- es destruida, tenemos una casa permanente en el cielo, no construida por el hombre sino por Dios” 2Cor. 5,1
“Cristo Murió por todos, a fin de que los que viven, no vivan más para sí mismo, sino para Aquel que Murió y Resucitó por ellos” 2Cor. 5,15
“Si vivimos animados por El Espíritu, dejémonos conducir por Él” Gal. 5,25
En la liturgia de Pentecostés, el himno “Veni Creator” expresa con claridad lo que El Espíritu Santo, El Espíritu Santificador, El Maestro Intimo opera en el alma, porque Habita en ella.
“Lava lo sucio, suaviza lo duro, calienta lo frio, rectifica lo que se ha desviado, infundiendo los 7 dones según la fe de sus siervos”
Ese Espíritu Íntimo del alma, Espíritu Santificador, nos libera, rompe las cadenas, nos ayuda a despegarnos de los afectos desordenados y posesiones que nos esclavizan, porque somos vulnerados en la libertad.
“Donde está El Espíritu del Señor, ahí está la libertad” 2Cor. 3,17
Vivimos El Amor de Dios por la guía y súplica de los gemidos inefables del Mismo Espíritu.
El Espíritu Santificador que habita en nosotros prepara y abona por la gracia a través de la oración contínua, el terreno del corazón para que El Señor se Haga Presencia Viva en nuestra vida.
San Pablo lo confirma: “El Amor de Dios ha sido derramado en nuestro corazón por El Espíritu Santo que nos ha sido dado” Rm. 5,5
En la fragilidad de nuestra condición humana cristiana y pecadora, necesitamos el ejercicio cotidiano de suplicar La Luz y La Asistencia del Espíritu Santo.
Imploremos Al Espíritu de Verdad, Espíritu Santificador, Espíritu de Consuelo para que, con Su Soplo vivificador, podamos discernir lo que más conviene a la salvación, por el crecimiento en el amor, la esperanza y la fe.
Escuchemos en el silencio del corazón, La Voz interior Del Divino Maestro, que nos despierta a la osadía del amor y nos une como iglesia -Pueblo de Dios- para proclamar el Evangelio de Cristo, dando razón de la alegría y esperanza.
Que María Santísima Sede de La Sabiduría, Consuelo de los pecadores y Madre de La Iglesia junto a Su Esposo San José nos eduquen como lo hicieron con Jesús, con un corazón manso y humilde, por el fuego del Amor, para Gloria de Dios y el bien de las almas.


ALABADO SEA JESUCRISTO EL SEÑOR

¡VEN ESPIRITU SANTO!

SANTO PENTECOSTES

EDUARDO Mayo/junio 2024

sábado, 30 de marzo de 2024

EL TRIUNFO DEL AMOR PARA LA VIDA VERDADERA

“El Espíritu del Resucitado Habita en nosotros” -Rom. 8, 11-


En la alborada de un tiempo de gracia, tiempo de resurrección, tiempo de renacer a una nueva esperanza viva, verdadera en Cristo Resucitado, caminamos hacia la Jerusalén Celestial.
Asistimos a hechos en la iglesia -Pueblo de Dios- que nos entristecen, perturban y confunden, porque, hay consagrados que siembran errores conscientes o inconscientemente alejados del Evangelio de Cristo, la santa doctrina y la tradición.
Hay también, una humanidad que rechaza al Verdadero Dios y busca el consuelo de otros dioses de fantasía y paja, que se desintegran y se consumen en los deseos insatisfechos de las personas, cayendo en la idolatría, por lo tanto, los precipita en el vacío, en la angustia y en la soledad.
Las guerras se han apoderado del mundo, estas, como sabemos, se originan en el corazón del hombre, hundiendo sus raíces, en el poder, la soberbia, el individualismo, el materialismo y subjetivismo dialectico anticristiano.
El Espíritu del Señor Resucitado nos ha salvado de la muerte y el pecado, en El Escándalo de la Cruz.
Jesús Resucitado, en este tiempo, nos viene a rescatar del cansancio y el vacío espiritual, ayudándonos a resucitar con El, por El y en El.
“Por El Amor Misericordioso de Dios Padre, cuando estábamos muertos a causa del pecado, nos hizo revivir en Cristo -ustedes han sido salvados gratuitamente-…” -Ef. 2, 4-5-
La alegría y esperanza Pascual, muchas veces se desvanecen, porque no nos atrevemos a vivir la vida en Cristo.
Jeremías 2,13 nos advierte a través de lo que le acontecía a los israelitas -oráculo del Señor- “Mi pueblo ha cometido dos maldades, Me abandonó, a Mí, La Fuente de Agua Viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua”. Nosotros, a menudo, no retenemos El Agua Viva, que es Cristo Resucitado recibida en los sacramentos, en Su Presencia Viva, por lo tanto, la desperdiciamos y desparramamos como -cisternas agrietadas- con las propias actitudes de infidelidad, ingratitud e indiferencia.

También a nosotros nos cuesta, habiendo recibido la salvación por La Sangre Redentora Del Hijo de Dios, ponernos en marcha con el hombre nuevo -la persona Pascual- resucitada y transfigurada por El Amor, hacia la libertad de los hijos de Dios.

La Pascua se manifiesta en nuestra vida en la alegría y esperanza en medio de las tentaciones, del pesimismo, el sufrimiento, la desesperanza, porque, La Verdadera alegría nace en Cristo. “Yo les daré una alegría que nada ni nadie les podrá quitar” dice El Señor –Jn 16, 22-

Vivir la alegría de La Resurrección es ser luz del mundo y sal de la tierra como testigos del Amor Misericordioso de Dios, reflejada en las propias actitudes impregnadas del perfume de Cristo.

Que María Santísima La Madre de La Resurrección y La Vida con San José Su esposo, nos ayuden a caminar en la alegría y esperanza, por una humanidad que necesita ser rescatada del abismo de su perdición, por La Misericordia de Dios y la oración e intercesión de todos, para Gloria de Dios Padre en Dios Hijo por El Espíritu Santo. Amén


¡VIVA CRISTO RESUCITADO! ALELUYA

FELIZ Y SANTA PASCUA DE RESURRECCIÓN

EDUARDO

Abril/Mayo 2024

domingo, 11 de febrero de 2024

EN DESAGRAVIO AL CORAZÓN DE JESÚS POR LAS NECEDADES Y JUSTIFICACIONES EN CONTRA DE LA VERDAD REVELADA

“Señor, danos un corazón puro, renuévanos por dentro con un espíritu firme, para defender La Verdad”


El camino desde la Cuaresma hacia la Pascua de Resurrección es un tiempo favorable para la salvación y propicio para profundizar acerca de las propias actitudes, y qué nos detiene -por injustificadas razones- para la conversión a través del Sacramento del Perdón frecuente.
Muchas veces, por enredarnos en vacíos y pueriles razonamientos, perdemos la posibilidad de salir de la trampa de las propias justificaciones, elaboramos ideas mágicas, dando vuelta y vuelta sobre nuestras conveniencias y engaños.
Cada uno sabe “dónde le aprieta el zapato”, y nadie más que uno mismo (además del Señor) sabe cómo buscamos los atajos que más nos convienen, para continuar reiteradamente por el mismo lugar.
Si nos hemos decidido con la ayuda de la gracia inmerecida configurarnos con Jesús en nuestras emociones, pensamientos y acciones, es esencial reconsiderar nuestro enfoque en la vida de discipulado. Evitemos la tentación de realizar cambios superficiales, justificados por la incoherencia en nuestra vida, y luego intentar vincularlos de manera mágica al Evangelio de Cristo.
Nuestro corazón no debe contaminarse tal cual el mundo lo demanda, debemos entonces orar, para que el mundo se convierta. Debemos tener muy en claro a quién servimos y amamos, a Dios o al mundo.
Entramos en un tiempo fuerte de Cuaresma donde preparamos la Pascua de Resurrección del Señor, nuestra resurrección, con la oración del corazón, el ayuno, la limosna y las obras de misericordia corporales y espirituales, que nos sirven de guía para saber cómo nos encontramos.
La Cuaresma es también un tiempo propicio para trabajar con la ayuda de la gracia, ofreciendo las propias cruces que cargamos cotidianamente y asociarnos a la Pasión Redentora de Cristo para nuestra salvación y la salvación de la humanidad. Como adoradores sigamos el camino de la Cruz tal como lo quiere el Padre en Espíritu y en Verdad.
Vivimos un tiempo de apostasía dentro de la Iglesia que nos abruma, y muchas veces nos distrae. No nos dejemos amedrentar por el enemigo y oremos fervorosamente por los agravios que recibe el Corazón de Jesús, Manso y Humilde. Oremos por los consagrados que no son fieles al Evangelio, a la Recta Doctrina y a la Tradición, confundiendo y contaminando al Pueblo de Dios; oremos también por aquellos que día a día viven en cuerpo y alma el Evangelio de Cristo. Vivamos la alegría y esperanza de haber sido llamados en este tiempo para servir e interceder con la oración y la Adoración Eucarística, por la Iglesia, los consagrados y la humanidad que rechaza a Dios y no conoce Su Amor.

Pidamos al Espíritu del Señor la gracia de la conversión permanente, la perseverancia y la humildad, por el camino de la santidad. Que María Santísima, Madre de la Iglesia y Refugio de los pecadores, con San José, nos acompañen e iluminen en este tiempo de Cuaresma con sus ejemplos en el camino hacia la Pascua de Resurrección.


¡Alabado sea Jesucristo!

Santa Cuaresma

Eduardo

Febrero/marzo 2024

domingo, 3 de diciembre de 2023

CARTA ABIERTA AL PADRE CELESTIAL DESDE UN CORAZÓN AGRADECIDO

¡Gracias Señor por Tu Amor en estos 25 años de Adoración Eucarística!
 

En la alborada del Nuevo Adviento camino a la Navidad por Amor Del Padre, intentamos descubrir por la gracia ese mismo Amor reflejado en la Presencia Viva del Hijo de Dios nacido de María, desposada con un hombre justo de la estirpe de David llamado José.
La Gloria de Dios se manifiesta en este misterio de la Encarnación, preludio de nuestra salvación.
El Emmanuel -el Dios con nosotros- se abaja a nuestra pobreza, para revestirnos de Su Riqueza.
En el gozo y la alegría de saber que somos amados por El Señor, demos gracias a Él, por este don inmerecido que es el llamado a Adorar, Glorificar, Bendecir y Reparar en la Presencia Viva de Su Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar.
“No son ustedes los que Me eligieron a Mí, sino, Yo los elegí a ustedes” -Jn.15,16-
La Luz del Mundo viene a una humanidad enceguecida, empecinada en su egolatría y omnipotencia, encendida por el fuego del egoísmo, la soberbia que rechaza El Amor de Dios. VEN SEÑOR JESÚS.
El adorador educado en la escuela de María Santísima, servidor e intercesor de sus hermanos, ora delante del Santísimo como una lámpara encendida permanentemente con el aceite nuevo que se renueva por la gracia, para una humanidad caída.
Este es un tiempo de esperanza para toda la humanidad especialmente para los que no conocen el Amor de Dios y lo rechazan.
Su Misericordia no se agota, no se cansa, no Abandona la Obra de Sus Manos.
Los seguidores de Cristo, animados por su Mismo Espíritu, vivimos ofreciendo la cruz cotidiana cargando los pesares, enfermedades, sufrimientos, pérdidas, escasez, etc. porque sabemos de antemano que el Amor de Dios nunca se apartará de cada uno de nosotros.
“Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo” dice Jesús -Mt. 28,20-
Vivimos en tensión permanente por los acontecimientos que nos arrastran a un desafío permanente, como nos advierte San Pablo: “Con las obras de los hijos de La Luz” -Rom. 13,12- “Para que sean irreprochables en el día de la Venida del Señor” -Cor. 1,8-
Querido Padre Eterno que tanto nos Amas, envía sobre esta comunidad de adoradores el Espíritu Santo para que Iluminados por la Palabra del Evangelio, no nos apartemos de la Santa Doctrina de Tu Hijo. Que por Tu Ternura reflejada en Tu Hijo Jesús podamos ser fieles testigos de Su Amor dando razón de la Esperanza como sagrarios vivos para Gloria de Dios y el bien de las almas.


¡VEN SEÑOR JESÚS QUE TE ESPERAMOS!

¡SANTA NAVIDAD EN LA ESPERA DEL SEÑOR!

¡FELIZ Y BENDECIDO AÑO 2024!

EDUARDO Y CRISTINA

DICIEMBRE/ENERO 2024