¡Gracias Señor por Tu Amor en estos 25 años de Adoración Eucarística!
En la alborada del Nuevo Adviento camino a la Navidad por Amor Del Padre, intentamos descubrir por la gracia ese mismo Amor reflejado en la Presencia Viva del Hijo de Dios nacido de María, desposada con un hombre justo de la estirpe de David llamado José.
La Gloria de Dios se manifiesta en este misterio de la Encarnación, preludio de nuestra salvación.
El Emmanuel -el Dios con nosotros- se abaja a nuestra pobreza, para revestirnos de Su Riqueza.
En el gozo y la alegría de saber que somos amados por El Señor, demos gracias a Él, por este don inmerecido que es el llamado a Adorar, Glorificar, Bendecir y Reparar en la Presencia Viva de Su Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar.
“No son ustedes los que Me eligieron a Mí, sino, Yo los elegí a ustedes” -Jn.15,16-
La Luz del Mundo viene a una humanidad enceguecida, empecinada en su egolatría y omnipotencia, encendida por el fuego del egoísmo, la soberbia que rechaza El Amor de Dios. VEN SEÑOR JESÚS.
El adorador educado en la escuela de María Santísima, servidor e intercesor de sus hermanos, ora delante del Santísimo como una lámpara encendida permanentemente con el aceite nuevo que se renueva por la gracia, para una humanidad caída.
Este es un tiempo de esperanza para toda la humanidad especialmente para los que no conocen el Amor de Dios y lo rechazan.
Su Misericordia no se agota, no se cansa, no Abandona la Obra de Sus Manos.
Los seguidores de Cristo, animados por su Mismo Espíritu, vivimos ofreciendo la cruz cotidiana cargando los pesares, enfermedades, sufrimientos, pérdidas, escasez, etc. porque sabemos de antemano que el Amor de Dios nunca se apartará de cada uno de nosotros.
“Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo” dice Jesús -Mt. 28,20-
Vivimos en tensión permanente por los acontecimientos que nos arrastran a un desafío permanente, como nos advierte San Pablo: “Con las obras de los hijos de La Luz” -Rom. 13,12- “Para que sean irreprochables en el día de la Venida del Señor” -Cor. 1,8-
Querido Padre Eterno que tanto nos Amas, envía sobre esta comunidad de adoradores el Espíritu Santo para que Iluminados por la Palabra del Evangelio, no nos apartemos de la Santa Doctrina de Tu Hijo. Que por Tu Ternura reflejada en Tu Hijo Jesús podamos ser fieles testigos de Su Amor dando razón de la Esperanza como sagrarios vivos para Gloria de Dios y el bien de las almas.
¡VEN SEÑOR JESÚS QUE TE ESPERAMOS!
¡SANTA NAVIDAD EN LA ESPERA DEL SEÑOR!
¡FELIZ Y BENDECIDO AÑO 2024!
EDUARDO Y CRISTINA
DICIEMBRE/ENERO 2024