“CUANDO VENGA EL HIJO DEL HOMBRE ¿ENCONTRARÁ FE SOBRE LA TIERRA?” (Lc 18, 1-8)
La tentación del león rugiente, el demonio, penetra en la propia debilidad por una fe inconsistente, efímera e inmadura. En consecuencia, la esperanza es adormecida y la caridad solo sirve para silenciar la propia conciencia.
“Cuando venga El Hijo del Hombre ¿encontrará fe sobre la tierra?” (Lc18,1-8)
No nos dejemos engañar con un falso progresismo, sin conversión ni arrepentimiento. Buscar a Dios fuera del camino del arrepentimiento y la conversión es una falacia.
Todos somos pecadores del primero al último. La Misericordia de Dios nos permite borrar a través del Sacramento del Perdón todos los pecados para recomenzar una vida nueva, una vida de gracia.
La gracia de la esperanza recibida en el Bautismo le permite al cristiano vivir de otra manera porque fuimos revestidos de Cristo (Ga. 3,27).
El adorador por el llamado se convierte en intercesor por las necesidades de la Iglesia, de la Patria, de la familia, del mundo y el cosmos.
San Juan Pablo II decía: “Por medio de la Adoración el cristiano, contribuye misteriosamente a la transformación del mundo y la siembra del Evangelio. Quien ora/Adora al Salvador Eucarístico trae al mundo con él y lo eleva a Dios. Los que están ante El Señor, están cumpliendo un servicio eminente. Están presentando a Cristo a todos. Aquellos que no lo conocen o que están lejos de Él. Ellos adoran en Su Presencia en lugar de aquellos” (Carta 1996)
Paradójicamente, este es un tiempo de esperanza para los que intentamos seguir a Cristo como para la humanidad caída porque la Misericordia de Dios no se acaba a pesar de nuestras contradicciones y desprecios. No permitamos que el león rugiente que se disfraza de cordero trastoque las Enseñanzas del Maestro, La Recta Doctrina y la Tradición. El antídoto es El Santo Rosario como oración de reparación, el ayuno y las obras de misericordia corporales y espirituales.
Recurramos a María Santísima,la Madre de La Esperanza que nos recuerda y resuena su voz en el propio corazón: “HANGAN LO QUE EL LES DIGA”.
RECORDEMOS SIEMPRE QUE EL SEÑOR NO HA PERDIDO LAS LLAVES DE LA HISTORIA. POR ESO: ¡CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA!
EDUARDO
OCTUBRE 2023
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