“Alabado seas. Mi señor” San Francisco de Asís
En este tiempo de abatimiento y tribulación, pero, de esperanza, el Papa Francisco nos convoca e invita a interpelarnos con honestidad y premura.
A tomar conciencia de nuestra custodia por la casa común, y, a reconocer cual es la contribución que cada uno puede aportar.
El Adorador en el recinto sagrado –como bien sabemos– es penetrado por el Amor del Cristo Vivo, Presente y Real en la Eucaristía.
Ese encuentro con Jesús Sacramentado, resulta un momento propicio para despertar la propia conciencia –por obra de la gracia- en el mandato original de Dios al hombre de –labrar y cuidar- (Gn. 2, 15) todo lo creado.
Dice el Papa Francisco: “La Eucaristía une el cielo y la tierra, abraza y penetra todo lo creado. El mundo que salió de las manos de Dios vuelve a El en feliz y plena adoración” Laudato Si´236.
Somos custodios de la casa común, fruto de la conversión del corazón, y de una nueva conciencia responsable.
Comenzamos, a darnos cuenta, y, a reconocer nuestra indiferencia en el maltrato de la naturaleza, como también, la manera que hemos descuidado la Obra de Dios en la creación. (Globalización de la indiferencia).
Dice el Papa Francisco: “El despertar a una conciencia ecológica integral, también está hecha de simples gestos cotidianos, donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo” Laudato Si´ 230.
En este desafío para educarnos en una nueva espiritualidad ecológica, necesitamos, reorientar nuestras actitudes y comportamientos.
Atrapados e intoxicados por una cultura posmoderna, contaminada por el relativismo, nos hemos dejado seducir por el consumismo, como también, vueltos indiferentes, al sufrimiento, la soledad y el desamparo de nuestros hermanos.
El cambio viene de la mano de una sanación del corazón y del entendimiento, para salir de sí mismo -autorreferencial- y ponerse al servicio de los demás.
En ese dinamismo de santificación nos ponemos en comunión con Dios, con nuestros hermanos y con todas las criaturas.
Pidamos a La Madre y Reina de todo lo creado la Santísima Virgen María, Aquella que cuidó con San José a Jesús y vive pendiente de todos sus hijos, nos ayude a cuidar la Obra de Dios, para poder servir y amar humildemente, protegiendo cotidianamente en las pequeñas cosas la casa común.
ORACIÓN
Alabado seas, Señor
Creador del cielo y la tierra
de todo lo visible e invisible.
Alabado seas, Señor
Que por amor nos llamaste a trabajar y a cuidar
la Obra de tus Manos en la casa común.
Alabado seas, Señor
Que por Tu Ternura fuimos llamados a ser custodios
de Tu Hijo muy querido Presente en la Eucaristía
despertando en ese encuentro la conciencia
del cuidado de la casa común.
Que María Reina de todo lo creado nos ayude
a cuidar la Obra de Dios protegiendo cotidianamente
con la Luz del Espíritu la casa común. Amen
¡Alabado sea Jesucristo!
E. M. M.
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