"Yo soy el que vive"Ap.1,18: VIVIR LA RESURRECCIÓN ES SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

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Capilla "María Reina de los Apóstoles"

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domingo, 1 de abril de 2018

VIVIR LA RESURRECCIÓN ES SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

“Viviendo en la Verdad y en el Amor, crezcamos plenamente unidos a Cristo” -Ef 4, 15-



Iluminados por la Luz Verdadera de Cristo Resucitado y Resucitador, caminamos a la Tierra prometida, en el gozo y la esperanza, de saber que fuimos rescatados de la muerte y el pecado para la Vida plena.
El Señor viene a liberarnos de la esclavitud, pero muchas veces Le ofrecemos resistencia, a la Obra Amorosa en nuestra vida.
Vivimos seducidos y encadenados a la propia zona de confort, de comodidad, significa ese modo o manera de engañarnos a nosotros mismos, en detenernos, para no caminar y salir al encuentro.
Encerrados en preconceptos, actitudes y comportamientos, vivimos en la apariencia, enmascarados en una religiosidad vieja, autorreferencial.
El desafío Pascual, será despegarnos de la zona de confort o comodidad, para enfrentar y reconocer las propias muertes: el orgullo, la envidia, la indiferencia, la falta de amor, etc. Para recomenzar un nuevo tiempo.
Necesitamos dejarnos conducir y moldear por las manos amorosas, liberadoras y transformadoras del Señor, para resucitar con Él.
El Señor nos abraza y acompaña en cada momento de la vida y nos alienta:
“No tengas miedo Yo estoy contigo”
La humildad es el camino, como nos enseña Santa Teresa “la humildad es andar en Verdad”.
Es por ello, es que necesitamos la gracia, para discernir en la verdad y en el amor, este camino, con la asistencia del Espíritu Santo, por el fuego de Su Amor.
Así estaremos disponibles, para desatar los nudos existenciales -que supimos sujetar a lo largo de la vida- construyendo una religiosidad echa a medida.
San Agustín nos reafirma: “Para llegar al conocimiento de la Verdad, hay muchos caminos” El primero es la humildad. El segundo es la humildad. El tercero es la humildad.
El Señor nos propone resucitar en este tiempo Pascual, tiempo de gracia, a nuestros condicionamientos, engaños, vicios, pecados, de nuestra zona de confort y comodidad, para recomenzar una vida nueva en Cristo, transfigurada en la persona pascual.
Cuando decidimos libremente dejarnos modelar por El Señor, en el silencio y la aceptación, ofrecemos los propios padecimientos, y, a pesar de no comprender lo que nos pasa, tenemos la certeza que Él camina a nuestro lado siempre, y todo lo que nos suceda será para nuestro bien.
Tengamos la mirada puesta en la Madre de Jesús y Madre nuestra, que acompañó a Su Hijo en el silencio, en la obediencia, en el servicio sin demoras, en el Amor.
Sabemos que la vida del cristiano es Trinitaria, todo es gracia.
El Señor respeta nuestra libertad para que Él obre en la vida.
Entendiendo como si todo dependiera de uno mismo, pero, sabiendo de antemano que es El Señor de la Historia quien conduce la vida.
San Ignacio de Loyola refuerza: “Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que, en realidad, todo depende de Dios”
Viviendo el gozo de la victoria del Amor Resucitado, nos dispongamos a desatar las resistencias a la Obra del Señor, para vivir la vida plena en Cristo Nuestro Señor. Amén.
Aleluya!



Santa y Bendecida Pascua de Resurrección

E.M.M.

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