"Yo soy el que vive"Ap.1,18: 2021

ADORACION

MOVIMIENTO DIOCESANO DE ADORACION EUCARÍSTICA PERPETUA - SAENZ 572 - LOMAS DE ZAMORA


¡JESÚS TE ESPERA SIEMPRE!

¡DECÍDETE A VISITARLO!

TE INVITAMOS A LA COMUNIDAD DE ADORADORES

Capilla "María Reina de los Apóstoles"

Capilla "María Reina de los Apóstoles"
Capilla "María Reina de los Apóstoles"

sábado, 4 de diciembre de 2021

LA INMINENTE VENIDA DE JESUCRISTO REY Y SEÑOR DE LA HISTORIA

Pero cuando venga El Hijo del hombre ¿Encontrará fe sobre la tierra? - Lc 18,8 -


La Iglesia, el mundo y nosotros mismos, vivimos inmersos en una cultura apostata que se manifiesta en un hastío, desprecio y arrogancia por lo sagrado y la creencia en un Dios Verdadero, estos resultan ser los frutos amargos de la ilusoria y osada omnipotencia humana.
La fe, la esperanza y la caridad recibidas como don en el Bautismo se han dejado corromper por la indiferencia de una falsa sacralidad.
A modo de los fariseos, este falso comportamiento, hunde su raíz en la incoherencia de vida, en la apariencia del  propio relativismo que nos ciega, adormece, corroe el corazón, lo entibia y poco a poco lo aleja de Dios y de los hermanos ¡Ojala fueras frio o caliente! - Ap 3,15 -
Es un tiempo donde el que se dice cristiano espera sin esperanza.
Ha perdido el sentido profundo de la oración del corazón, de la Eucaristía diariamente, deja o difiere la gracia del Sacramento del Perdón frecuente.
Se maneja con los propios preceptos engañosos que anestesian la conciencia de ser cristiano discípulo seguidor incondicional de Cristo.
No olvidemos que como piedras vivas entramos en la construcción de un templo espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo - 1Pedro 2,5 -
Asistimos a una apostasía como ya lo señalaba San Pablo VI:
 ¡El humo de santanas ha entrado en la Iglesia y se ha apoderado de algunos miembros de la Misma!
Se ha perdido en algunos pastores y fieles el sentido de lo sagrado, el respeto y la unción.
No nos damos cuenta que estamos en La Casa de Dios, Casa de oración a Él le debemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
Reparemos en lo que El Señor desde la zarza le decía a Moisés:
“Sácate las sandalias porque el suelo que estas pisando es Tierra Santa” - Éxodo 3,5 - 
¡Esa debe ser nuestra disposición!
Necesitamos una profunda y autentica conversión con la ayuda del Espíritu Santo para vivir en las enseñanzas del Evangelio no con interpretaciones a medida de lo que quiere el mundo, sino, lo que quiere Dios para nosotros, para nuestra salvación.

Este no pretende ser un compendio de quejas, sino de ayuda, para darnos cuenta dónde estamos y hacia donde nos proponemos ir.
En la alegría y esperanza de un Nuevo Adviento vamos en camino hacia La Navidad descubriendo el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María Santísima con Su esposo San José Hombre del Silencio orante, Patrono de la Iglesia, Protector de cada uno de nosotros.
Ellos conocen el camino hacia La Luz que es Cristo Jesús para que esta humanidad despierte del letargo, de la omnipotencia y reconozca que El Hijo de Dios viene a hacer nuevas todas las cosas para un mundo nuevo y una persona nueva para gloria de Dios y el bien de las almas. Amén



¡VEN SEÑOR QUE TE ESPERAMOS!

ALABADO SEA JESUCRISTO

SANTA Y BENDECIDA NAVIDAD PARA TODA  LA FAMILIA

EDUARDO Y CRISTINA

lunes, 20 de septiembre de 2021

LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA SALVARA A LA IGLESIA DE LOS CORAZONES TIBIOS Y COMPLACIENTES


“A LOS TIBIOS LOS VOMITARE DE MI BOCA” -Apoc. 3, 16-




La humanidad vive en el desconcierto y en el hartazgo frutos de la fragilidad y la desconfianza en esta nueva etapa de la historia.
Se obstina en la recurrencia de los empecinamientos, desde hace ya mucho tiempo, manejada por las diferentes ideologías y en la dictadura del pensamiento único.
La persona se  proclama reina y señora de la existencia, desterrando e ignorando a Dios en su vida. 
Desea instaurar un reino terrenal con el apoyo de la tecnología, apoyada en el pensamiento mágico y en la idolatría que se abastece de su propia soberbia, su ego, sojuzgada y esclavizada al nuevo orden mundial.
El corazón de muchos que se dicen cristianos, se encuentra dividido, cercano al ateísmo.
Viven en la contradicción de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, pero prefieren mimetizarse con el mundo por miedo a ser rechazados.
Atrapados en esa dicotomía, son incapaces de acompañar y ayudar a los hermanos a vivir en la esperanza que no defrauda, que es Cristo Mismo, Camino, Verdad y Vida.
Ellos, hipócritamente hunden su raíz en la tibieza.
Se presentan y acomodan con un traje a medida, hecho en la falacia. 
Viven en la incoherencia de vida, propia de la estatura de los fariseos -que predican una cosa y hacen otras- lejos del Corazón de Jesús.
Se acomodan a los vientos que los sacuden como cómplices de una forma de vida con apariencia del Evangelio, como más convenga al propio engaño e hipocresía.
Se ha construido una vida cristiana, en la idea mágica de hacer desaparecer o minimizar el dolor que redime en La Cruz de Cristo, con el miedo a cargar la cruz cotidiana y ofrecerla.
El Señor de La Esperanza y del Amor Misericordioso camina a nuestro lado ofreciéndose El Mismo en la Eucaristía, alimento y camino de santidad para todos los que Lo aman.
Es El Pan del Cielo que nos fortalece y prepara para las batallas cotidianas, los embates del enemigo -el demonio- para no caer en las garras del león rugiente.
Este lenguaje duro no pretende agazaparse detrás de las palabras sino advertir el riesgo que TODOS corremos.
El camino es la oración de reparación, ofreciendo los dolores asociándolos a La Pasión de Cristo y la conversión permanente.
No pretendo juzgar a nadie, porque, Solo Dios es el que Juzga.
Vivo como Hijo de Dios y de la Iglesia de Cristo, Iglesia de La Luz, una tristeza frecuente.
Como miembros de la Iglesia tenemos la tentación de confundir pensamientos propios muy humanos, atados a las circunstancias, pero, alejados del desafío que implica la entrega y abandono, a costa de la propia vida, sabiendo que este es un tiempo martirial.
La vida del discípulo no es un lecho de rosas alejado de cualquier tipo de peligro, sino, es vivir en el abandono y en la Voluntad de Dios.
Acudamos a María Santísima  y a San José que han conocido siempre los peligros del camino, pero al mismo tiempo confiados en El Señor.
Que nos sirvan de guía permanente para no perder de vista quien conduce La Vida del cristiano y de La Iglesia. Amén

                               

¡Alabado sea Jesucristo!

Un abrazo fraterno

E. M. M.




sábado, 17 de julio de 2021

LAS TRAMPAS DEL DEMONIO EN ESTE TIEMPO DE PANDEMIA

¡Señor, sálvanos por Tu Bondad y Misericordia del enemigo que nos asecha!


No es una novedad para el cristiano seguidor de Cristo y sus enseñanzas que este es un tiempo de purificación, de prueba en el crisol del sufrimiento, pero de gracia abundante.
Recordemos que, como todos sabemos, para el cristiano todo es gracia, aún lo que nos parece desgraciado.
Las trampas -la red del cazador- que usa el demonio con nosotros son variadas, entrando siempre por el flanco de la propia debilidad, para erosionar la fe, la esperanza y el amor.
El hartazgo, el desánimo, el miedo, resultan verdaderas trampas del enemigo -el demonio- y nos hacen recurrir a cualquier tipo de respuesta facilista o falsa novedad, para calmar la propia ansiedad.
Muchas veces creemos más en los hechiceros, mano santa, embusteros, engañándonos a nosotros mismos, en lugar de abandonarnos confiadamente en el misterio insondable del Amor de Dios.
La tecnología bien usada es un instrumento de ayuda útil, o por el contrario, nos puede sumergir en un ámbito de confusión, asfixia, a través de un sinfín de videos que nos perturban.
Estos videos así presentados, no hacen más que seducirnos y atraparnos en situaciones de confusión, dejarnos en un vacío existencial, perdiendo poco a poco el foco del camino de la esperanza que no defrauda.
El Venerable cardenal Van Thuan nos ayuda e ilumina a transitar ese camino de la esperanza que no defrauda y nos interpela con una pregunta que desinstala para reflexionar y conocer la propia fe que vivimos “¿Por qué no habrías de tener esperanza si te pones en camino con Jesús hacia El Padre?”
El secreto de ese camino es confiar y dejarnos conducir por Aquel que Sabe Más, renunciando al sí mismo (al propio ego).
Tomar la Cruz de cada día y perseverar en el seguimiento de Cristo.
“El que quiera venir detrás de Mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” dice El Señor -Mt. 16, 24-
No podemos atravesar el camino de la esperanza si no confiamos y nos abandonamos en El Señor.

Dice el Salmo 37(36):      Confía en El Señor y practica el bien
                                         Habita en la tierra y vive tranquilo
                                         Que El Señor sea tu único deleite
                                         Y El calmará los deseos de tu corazón.

Día a día necesitamos invocar a través de la oración permanente la ayuda y la asistencia del Espíritu Santo para desenmascarar y desenredarnos de la red del cazador -el demonio-.
Este, utiliza el hartazgo, el miedo, la desesperanza, para debilitar la propia Fe, Esperanza y Amor.
Necesitamos la gracia que nos concede la humildad, la fortaleza y la astucia, para discernir las emboscadas del enemigo y seguir adelante por el camino de la prueba.
En este tiempo de virtualidad a la que estamos sometidos y silenciados tenemos sed y hambre de La fuente de la Vida nueva que nos sacia y El Pan de Vida que nos alimenta y conduce a la vida eterna.  
Dejémonos educar en la escuela de la Santísima Virgen María y San José en la confianza y abandono a Su Hijo Jesús, para transitar juntos el camino de la esperanza que no defrauda.


¡Alabado sea Jesucristo!

Paz y Bien

Un abrazo fraterno

Eduardo

domingo, 23 de mayo de 2021

LA URGENTE NECESIDAD DE UN NUEVO PENTECOSTÉS

“Cuando venga el Espíritu de la Verdad Él los introducirá en toda la Verdad” -Jn. 16, 13-



La humanidad camina en la vanidad y en el desconsuelo de su propia debilidad.
Azotada por este tiempo de pandemia, busca denodadamente no ahogarse y salir indemne de esta impensada y cruda realidad a como dé lugar.
Esta apela reiteradas veces a recetas de la religión del mundo, el ateísmo, con el condimento de las nuevas ideologías.
Los discípulos seguidores de Cristo Resucitado sabemos que, EL Amor de Dios ha sido derramado en el corazón de cada uno y habita en nosotros.
El Dulce Huésped del Alma nos ayuda a transcurrir este tiempo de tribulación, de prueba, pero de inmerecida gracia, a reconocer con Su Luz y Asistencia la cercanía de Jesús, que camina sin apartarse de aquellos que lo aman, por Su fidelidad y misericordia.
Vivimos hoy un tiempo de desencuentros, de rencores, de divisiones, de violencia dentro de la familia, la iglesia, la sociedad y el mundo.
Pareciera que nos hemos acostumbrado a imponer la propia razón sin advertir que el otro significativo próximo (prójimo) también tiene su razón para poder dialogar.
Nos hemos constituido como francotiradores con los propios juicios apresurados que disparamos sin advertir el daño que ocasionamos.
Todo ello desemboca en una babel o confusión propia del egoísmo e individualismo.
Esto cercena o atrasa la posibilidad de ser profetas y construir la paz en unidad, fraternidad y justicia.
Esto, tampoco no quiere decir silenciarnos frente a las decisiones desproporcionadas e injustas a las que rechazamos acabadamente.
Si verdaderamente hemos comprendido que seguir a Cristo es ofrecer la cruz de cada día y asociarla a Su Pasión.
También, necesitamos tener en claro con la Ayuda del Mismo Espíritu, las consecuencias que el discípulo debe afrontar con entereza y abnegada entrega confiada, la persecución y hasta el martirio. 
En este Nuevo Pentecostés invoquemos al Espíritu de la Verdad que dirige, gobierna e ilumina a la Iglesia en todos los tiempos, como principio unificador, apoyo y consuelo, para que nos conceda la gracia de la valentía, el coraje y la audacia de no ser silenciados frente a las asechanzas del enemigo -el demonio-.
El camino es la oración permanente (El Santo Rosario) la confesión frecuente, al menos una vez al mes, la Eucaristía con la Adoración Eucarística.
En el cenáculo de nuestra familia junto a María Santísima y San José invoquemos la Venida del Espíritu Santo para que alejado el corazón de las sombras del amor propio, el rencor, la amargura y la susceptibilidad, podamos alcanzar los frutos del Amor de Dios.  
San Pablo VI en un discurso dirigido a toda la  Iglesia donde estamos todos involucrados como Cuerpo Místico decía  palabras proféticas que nos deben sacudir y reflexionar “La Iglesia necesita vivir su perenne Pentecostés.
Necesita fuego en el corazón, palabras en los labios y profecía en la mirada.
La Iglesia necesita ser ejemplo del Espíritu Santo, necesita pureza total vida interior.
La Iglesia necesita recuperar la sed, el gusto, la certeza de su verdad - tiene necesidad de experimentar la urgencia, el ardor del testimonio, del apostolado.
La iglesia tiene necesidad del Espíritu Santo en nosotros y en cada uno de nosotros como Iglesia”


¡VEN ESPIRITU DE VERDAD INTRODUCENOS EN TODA LA VERDAD!

ALABADO SEA JESUCRISTO

E. M. M.

lunes, 5 de abril de 2021

LA NUEVA PASCUA EN UNA HUMANIDAD ALEJADA DE DIOS

¡Venga Tú Reino Señor!

                                                 

Tanto Amo Dios al mundo que entrego a Su Hijo único para que todo el que crea en Él no muera  sino que tenga vida eterna -Jn. 3, 16-
Vivimos en una humanidad que rechaza a Dios, pero paradójicamente la persona no puede saciar el anhelo de libertad, sino que se ahoga en el vacío y en la zozobra del delirio de su autosuficiencia tecnológica.
La nueva Pascua es un tiempo de gracia, de gozo y esperanza, vivido por el discípulo que decidió libremente seguir el camino del Evangelio con el desafío de entregar su propia vida para Gloria Dios y el bien de las almas de los hermanos.
La Luz de la Pascua de Cristo Resucitado, nos confronta con la propia tibieza, con edulcorados pensamientos hechos a medida de nuestros caprichos y conveniencias, que se encuentran alejados de las enseñanzas del Maestro.
Es un tiempo de reflexión y oración profunda ayudado por El Espíritu Santo que nos sacude y nos  mueve a una conversión más adulta para crecer en el amor y en la santidad.
El hombre Pascual es aquel que rescatado de la muerte y el pecado en La Cruz Resucitadora de Cristo por el Triunfo del Amor, es transfigurado su corazón con los panes ácimos de la verdad y la pureza, dejando atrás la levadura vieja de la malicia y la perversidad.
Es en el corazón de la persona ahí donde se debate la libertad y se decide por la Vida o la muerte, es el lugar trascendente donde habita el Espíritu Santo y se construye una nueva persona, una nueva sociedad, por lo tanto una nueva humanidad.
Estamos viviendo un tiempo rico en misericordia, no dejemos perder la esperanza y aplastar por los miedos y las tentaciones que el demonio nos quiere contaminar para alejarnos del camino hacia La Casa del Padre.
Es un tiempo sorprendente de la historia de la humanidad, un punto de partida para renovar la propia vida y contagiar a los hermanos a través de los testimonios.
Tiempo para construir la civilización del Amor donde Cristo venga a nosotros definitivamente a nuestro corazón y se constituya el Centro y la Piedra Angular de nuestra vida para la regeneración de la sociedad.
Con la mirada puesta en María Santísima Madre de la Resurrección y La Vida podamos ser educados por Ella en el camino hacia el Reino celestial.
Sirviendo y acompañando a los hermanos a través de las obras de misericordia corporales y espirituales para una Pascua nueva en el corazón de una humanidad alejada de Dios.


¡SANTA Y BENDECIDA PASCUA DE RESURRECCIÓN!

¡ALABADO SEA JESUCRISTO!

E.M.M.

jueves, 18 de febrero de 2021

EL PROPIO GETSEMANÍ OFRECIDO EN UN TIEMPO DE PANDEMIA




“Estén prevenidos y oren para no caer en tentación”
Dice El Señor -Mt. 26, 41-


Como huéspedes y peregrinos caminantes hacia la Patria eterna, vamos atravesando este tiempo de Cuaresma, tiempo de conversión y ayuno, tiempo de purificación y de gracia, en el misterio insondable del Amor.
Como signo de contradicción y con la ayuda de la gracia, esperando contra toda esperanza, ofrecemos y asociamos a la Pasión de Cristo todos nuestros padecimientos.
“Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la Vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo” nos recuerda San Pablo -2 Cor 4, 10-
Para entrar de lleno en la Cuaresma, convendría repasar y no olvidarnos que El Señor de La Historia, con la Fuerza y el Fuego del Espíritu Santo, nos hizo recorrer el camino del Amor con la cruz a cuesta, en un tiempo de prueba, de purificación, pero de inmensa gracia.
El dolor y el sufrimiento que nos causan las diversas vivencias en la propia familia, amigos, Iglesia, comunidad, Patria, son duros y difíciles acontecimientos en algunos casos jamás vividos.
La enfermedad, el aislamiento, la escases, la falta de trabajo, la incertidumbre, la muerte, etc., dejan heridas abiertas en cado uno de nosotros y tienen sentido de redención si los asociamos a la Pasión Redentora de Jesucristo.
Pero también, debemos reconocer y resaltar el gozo que nos ha causado la solidaridad, la fraternidad y la caridad en la ayuda, el acompañamiento y la atención a los hermanos abandonados y desposeídos.
Con todos estos hechos innegables y reconocidos, nos disponemos entrar en el propio corazón con la ayuda y la Luz del Espíritu Santo, para comenzar a recorrer un camino de conversión permanente en esta Cuaresma.
En medio de  luchas espirituales, tentaciones y asechanzas cotidianas del demonio, le ofrecemos al Señor nuestro Getsemaní, con un corazón humilde y arrepentido, para que El lo sane, lo transforme y lo salve.
Tres claves inseparables nos ayudarán a recorrer este camino de conversión: 
1 - La Oración (El Rosario) 
2 - La confesión frecuente 
3 - La Eucaristía si es posible diaria, como Fuente y Culmen de la vida cristiana, en  la intimidad de La Presencia Viva de Jesús Sacramentado.
Las Obras de misericordia corporales y espirituales nos ponen en sintonía con las enseñanzas de Jesús y nos revelan  a través de una profunda y honesta revisión de vida, si se han encarnado en la propia existencia o bien sirven para silenciar nuestra conciencia.
Nos damos cuenta por la alegría y esperanza que aparecen aún en condiciones adversas, también porque se ha enriquecido el amor con los más próximos, la tolerancia con los hermanos más incómodos, la escucha paciente, la disponibilidad, la ayuda, el oído atento a las necesidades, etc.
El adorador/ra recorre en la Contemplación Viva del Hijo de Dios acompañando a Jesús en la hora de Adoración y sirve como intercesor a los hermanos para las horas de prueba, sufrimiento y desesperanza.
Bajo la Protección de San José caminamos en esta Cuaresma, con los dolores y gozos que El supo ofrecer, como ejecutor obediente de los Planes Divinos, confiando en Jesús y María Santísima. 
Ofrezcamos este tiempo de purificación para que a través de la reparación de los propios pecados y de los hermanos El Señor tenga misericordia de esta humanidad alejada de Dios, porque hemos pecado.


¡ALABADO SEA JESUCRISTO!

SANTA CUARESMA

E.M.M.