"Yo soy el que vive"Ap.1,18: febrero 2024

ADORACION

MOVIMIENTO DIOCESANO DE ADORACION EUCARÍSTICA PERPETUA - SAENZ 572 - LOMAS DE ZAMORA


¡JESÚS TE ESPERA SIEMPRE!

¡DECÍDETE A VISITARLO!

TE INVITAMOS A LA COMUNIDAD DE ADORADORES

Capilla "María Reina de los Apóstoles"

Capilla "María Reina de los Apóstoles"
Capilla "María Reina de los Apóstoles"

domingo, 11 de febrero de 2024

EN DESAGRAVIO AL CORAZÓN DE JESÚS POR LAS NECEDADES Y JUSTIFICACIONES EN CONTRA DE LA VERDAD REVELADA

“Señor, danos un corazón puro, renuévanos por dentro con un espíritu firme, para defender La Verdad”


El camino desde la Cuaresma hacia la Pascua de Resurrección es un tiempo favorable para la salvación y propicio para profundizar acerca de las propias actitudes, y qué nos detiene -por injustificadas razones- para la conversión a través del Sacramento del Perdón frecuente.
Muchas veces, por enredarnos en vacíos y pueriles razonamientos, perdemos la posibilidad de salir de la trampa de las propias justificaciones, elaboramos ideas mágicas, dando vuelta y vuelta sobre nuestras conveniencias y engaños.
Cada uno sabe “dónde le aprieta el zapato”, y nadie más que uno mismo (además del Señor) sabe cómo buscamos los atajos que más nos convienen, para continuar reiteradamente por el mismo lugar.
Si nos hemos decidido con la ayuda de la gracia inmerecida configurarnos con Jesús en nuestras emociones, pensamientos y acciones, es esencial reconsiderar nuestro enfoque en la vida de discipulado. Evitemos la tentación de realizar cambios superficiales, justificados por la incoherencia en nuestra vida, y luego intentar vincularlos de manera mágica al Evangelio de Cristo.
Nuestro corazón no debe contaminarse tal cual el mundo lo demanda, debemos entonces orar, para que el mundo se convierta. Debemos tener muy en claro a quién servimos y amamos, a Dios o al mundo.
Entramos en un tiempo fuerte de Cuaresma donde preparamos la Pascua de Resurrección del Señor, nuestra resurrección, con la oración del corazón, el ayuno, la limosna y las obras de misericordia corporales y espirituales, que nos sirven de guía para saber cómo nos encontramos.
La Cuaresma es también un tiempo propicio para trabajar con la ayuda de la gracia, ofreciendo las propias cruces que cargamos cotidianamente y asociarnos a la Pasión Redentora de Cristo para nuestra salvación y la salvación de la humanidad. Como adoradores sigamos el camino de la Cruz tal como lo quiere el Padre en Espíritu y en Verdad.
Vivimos un tiempo de apostasía dentro de la Iglesia que nos abruma, y muchas veces nos distrae. No nos dejemos amedrentar por el enemigo y oremos fervorosamente por los agravios que recibe el Corazón de Jesús, Manso y Humilde. Oremos por los consagrados que no son fieles al Evangelio, a la Recta Doctrina y a la Tradición, confundiendo y contaminando al Pueblo de Dios; oremos también por aquellos que día a día viven en cuerpo y alma el Evangelio de Cristo. Vivamos la alegría y esperanza de haber sido llamados en este tiempo para servir e interceder con la oración y la Adoración Eucarística, por la Iglesia, los consagrados y la humanidad que rechaza a Dios y no conoce Su Amor.

Pidamos al Espíritu del Señor la gracia de la conversión permanente, la perseverancia y la humildad, por el camino de la santidad. Que María Santísima, Madre de la Iglesia y Refugio de los pecadores, con San José, nos acompañen e iluminen en este tiempo de Cuaresma con sus ejemplos en el camino hacia la Pascua de Resurrección.


¡Alabado sea Jesucristo!

Santa Cuaresma

Eduardo

Febrero/marzo 2024