ACTITUD CONTEMPLATIVA DEL ADORADOR EN EL SILENCIO PROFUNDO PARA ORAR.
"Como la cierva sedienta
busca las corrientes de agua,
así mi alma suspira por ti,
mi Dios" Sal. 41,2
Todo ser humano siente cierta nostalgia de Dios.
El cristiano goza al ser depositario del tesoro en vasijas de barro que transporta. (2 Cor. 4,7)
SILENCIO
Cuánto más sea la oración del corazón silenciosa y profunda, será mejor reflejada con luminosidad en la vida cotidiana.
Necesitamos el silencio para lograr en la intimidad del encuentro con el Señor, escucharlo, atenta y verdaderamente en la brisa suave.(1 Rey.19 13-17)
El silencio nos ayuda a la oración profunda.
El silencio de la lengua nos predispone a penetrar en el ámbito sagrado de nuestro corazón.
"Que nuestra oración se oiga, no depende de la cantidad de palabras, sino el fervor de nuestras almas( San Juan Crisóstomo"(ecl.2).
CONTEMPLACIÓN
La entrada a la contemplación es análoga a la Liturgia Eucarística:"recoger" el corazón y todo nuestro ser bajo la moción del Espíritu Santo, habitar la morada del Señor que somos nosotros mismos, despertar la fe para entrar en la Presencia de Aquel que nos espera, hacer que caigan nuestras máscaras y volver nuestro corazón hacia el Señor que nos ama para ponernos en sus manos como una ofrenda que hay que purificar y transformar.(2711-CIC)
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