"Yo soy el que vive"Ap.1,18: La Adoración Eucarística simiente de la revolución silenciosa

ADORACION

MOVIMIENTO DIOCESANO DE ADORACION EUCARÍSTICA PERPETUA - SAENZ 572 - LOMAS DE ZAMORA


¡JESÚS TE ESPERA SIEMPRE!

¡DECÍDETE A VISITARLO!

TE INVITAMOS A LA COMUNIDAD DE ADORADORES

Capilla "María Reina de los Apóstoles"

Capilla "María Reina de los Apóstoles"
Capilla "María Reina de los Apóstoles"

martes, 31 de julio de 2012

La Adoración Eucarística simiente de la revolución silenciosa

“Solo Tú eres Santo Señor. Todas las naciones vendrán a Adorarte” -Ap. 15, 4-

                                    Iglesia de San Marcos - Venecia


Todavía  no estamos despabilados del sueño de la siesta que nos sirve de huída, para no involucrarnos en una realidad que nos interpela y atemoriza. Damos vueltas y nos justificamos en la recurrencia de pensamientos vacios, estériles, desconfiando del Dueño de la Mies.
Tentados por el demonio, nos dejamos arrastrar y enredar en los acontecimientos que nos hieren  como Iglesia. Pero a la vez somos muy complacientes con la propia vida. Nos engañamos muy fácilmente, haciendo una antojadiza, recortada, seudo lectura de la Palabra acomodándola -a la medida de nuestros caprichos-.
Temerosos por los sucesos que nos acosan y agobian, perdemos la dimensión de lo importante-necesario, confundiéndolo con lo urgente-no necesario de las tareas que nos imponemos. Mucho se parecen nuestras actitudes a las de Marta del Evangelio.
“Jesús entró en un pueblo y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María que sentada a los pies del Señor, escuchaba Su Palabra. Marta que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa dijo a Jesús: “Señor ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.
Pero el Señor le respondió: Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada” Lc. 10, 38-42.

El Padre Celestial también nos llamó a elegir la mejor parte como María, contemplando a Su Hijo Presente y Vivo entre nosotros.
Movidos por el Espíritu Santo, desde la fragilidad y vulnerabilidad de nuestra fe, esperanza y amor, servimos a la Iglesia de Cristo y al mundo entero, reparando los pecados, intercediendo por los hermanos que no conocen el Amor de Dios.
¡Repara Mi Iglesia! Llamado urgente del Señor a San Francisco de Asís, cuando oraba en la Iglesia de San Damián. No se refería precisamente a la reparación del edificio -que se encontraba deteriorado- sino a la reparación de los pecados de Su Iglesia.
¡Repara Mi Iglesia! Nos reclama el Señor en estos tiempos, que se desmorona la fe de Su Iglesia, por la tibieza, la indiferencia y la hipocresía, frutos amargos, por la falta de humildad, esperanza y amor.
Es en la Adoración Eucarística -Presencia Viva de Jesús- donde germina la revolución silenciosa, que por obra del mismo Espíritu, transforma el corazón de la persona para renovar la familia, la Iglesia, la sociedad, la humanidad y el cosmos.
Es en la Adoración Eucarística donde se gesta la revolución silenciosa, vivida, proclamada y anunciada por los Santos de todos los tiempos en la Historia de la Iglesia.
La Adoración Eucarística es simiente de la revolución silenciosa, donde el Espíritu Santo a través de los adoradores-intercesores en oración-contemplación, prepara y abona el terreno del corazón por la gracia, para la tan esperada y ansiada Civilización del Amor.
Es en el silencio y la contemplación donde se establece esa intimidad con el Señor, aprendiendo abrir los oídos del corazón como discípulos para escucharlo a través de la oración.
No podemos amar verdaderamente, sino tenemos intimidad con el Amado, que es la fuente misma del Amor. Por lo tanto, no podemos amar a Quien no conocemos.
Las comunidades y las personas que dócilmente respondieron al llamado a la Adoración del Cristo Vivo, son bendecidas y enriquecidas con los frutos abundantes de la gracia, por ende configuradas en la Persona de Jesús.
Recurramos a La Santísima Virgen María Reina de la Paz, Modelo de la Fe, Madre de la Esperanza y Amor, que nos acompaña en estos tiempos complejos, de oscuridad y confusión crecientes. Ella nos enseña a dejarnos penetrar por el Amor de Dios, contemplando la Persona Viva de Su Hijo. Promoviendo a través de sus hijos adoradores la revolución silenciosa, comenzando en el propio corazón, para interceder por la transformación del mundo entero.


                                                       ORACIÓN


                                                    Padre Amadísimo
                               Tanto Amaste al mundo que enviaste a Tu Hijo
                              A salvar al género humano en la Primera Venida.
                                             Atiende hoy nuestra súplica
                                Para que las comunidades Parroquiales y las
                           Personas que te conocen respondamos a Tu llamado
                     dejándonos penetrar por Tu Amor, Adorando-Contemplando
                                    La Persona Viva de Jesús Eucaristía.
             Enciende y provoca en el corazón de tus hijos una verdadera revolución
               Silenciosa, para esperar como -el centinela atento- la Segunda Venida
                    en el gozo de la tan ansiada Civilización del Amor. Amén.





¡Alabado sea Jesucristo!

Eduardo 

E. M. M.                                                                  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario